En reacción que el gobierno peñanietista no tiene cuando un mexicano es asesinado en EU por la policía de allá, la hoy blandengue Secretaría de Relaciones Exteriores mandó llamar al nuncio apostólico de México, Christophe Pierre, para entregarle una nota diplomática de protesta por una expresión del Papa emitida en privado que según la SRE “estigmatiza” a México.
El papa Francisco en mensaje no oficial, escribió a un legislador argentino: “Veo tu trabajo incansable a todo vapor. Pido mucho para que Dios te proteja, Y ojalá estemos a tiempo de evitar la mexicanización. Estuve hablando con algunos obispos mexicanos y la cosa es de terror”. Hasta aquí no hay nada que cualquier mexicano no conozca a conciencia.
Sin embargo, estas palabras filtradas pusieron histérico al régimen de Peña Nieto ya escocido por las del laureado cineasta mexicano González Iñárritu durante la entrega de los Oscar (“ruego porque podamos encontrar y construir el gobierno que merecemos”). Ambas expresiones postraron al jefe del Ejecutivo que hasta hace poco ya se creía estadista cosido a mano luego de las reformas supuestamente estructurales, de las que hoy ya nadie habla.
En consecuencia EPN pretende tapar el sol con un dedo: en México no hay corrupción, ni casitas blancas presidenciales, ni acueductos Higa, ni 400 millones de pesos esfumados a los hambrientos, ni pasa nada en Tamaulipas, o Guerrero es un edén; y llama a los representantes acreditados en el exterior a cantar las maravillas del país.
Bondades todas mancilladas en la versión oficial por algunos malos mexicanos que causan deshonor a México si claman por sus familiares desaparecidos a fuerzas, o exigen que las autoridades respeten sus derechos humanos y no sean asesinados por el Ejército como presuntamente sucedió en Tlatlaya, o que no sean fabricadas por la PGR las historias de su incineración como en Ayotzinapa,
El desliz verbal, si acaso, del vicario de Cristo es información veraz llevada a Roma por los propios obispos mexicanos, y ya conocida durante sus visitas ad limina apostulorum que realizan periódicamente para informarle sobre sus diócesis. Pese a ello, el novísimo cardenal de Michoacán, Suárez Inda, al unísono con Los Pinos y la Cancillería se dijo “preocupado” porque las expresiones del Papa habían sido “atrevidas y picosas”. A saber a qué se refiere. Pero nada en lo expresado por Francisco mueve a pensar que sea “atrevido” o “picante” hacer votos para evitar que su tierra se “mexicanice”; es decir que grandes porciones de su territorio se vuelvan tierra de nadie, con su Estado de Derecho en hebras luidas.
Cuando ya se dice globalmente que un país o una región se “mexicaniza” es vocablo para lamentar sin duda. Pero más allá de la generalización justa o injusta, alude hasta dónde ha llegado el México “de terror” (sociopolítico y criminal) del que algunos obispos informan al Papa y muchos mexicanos sufren en carne propia. Ahí no hay novedad alguna.
Sólo que el diagnóstico del senecto cardenal Suárez Inda es errado: “Me preocupa que México hoy tenga una imagen negativa ante el mundo. Podemos recuperar el prestigio con la colaboración ciudadana, no todo lo debe de hacer el gobierno”. Una caracterización pobre que esconde las causas del desprestigio. Añade que la salida a lo que hoy vive México es sólo cuestión de hacerla juntos. Socorrida tesis exculpatoria de un gobierno eficacísimo pero que supuestamente solito no puede (cuando en realidad su corrupción, autoritarismo y represión crecientes cierra los espacios a la protesta y a la participación ciudadana).
Suárez Inda no es el único afectado de miopía social. Desde NL lo acompaña el comandante de la Séptima Zona Militar, general Rigoberto García. Para él, 173 ejecuciones, asociadas al crimen organizado, en dos semanas en 18 estados de la República, son sólo “brotes de delincuencia normal dentro de índices aceptables”.
Con esos índices “aceptables” de criminalidad impune no asombra que el Papa haga votos para que su Argentina no se “mexicanice”.