Impago virtual a maestros de NL

En la andanada de amenazas a la estabilidad laboral que ya enfrenta el magisterio nacional en diversas entidades de la República, en Nuevo León los docentes federales desde enero 2015 no tienen constancia de los sueldos y bonos o premios que perciben, ni de sus deducciones.

Merced a la autoritaria reconcentración administrativa que surgió a partir de la mal llamada y peor instrumentada reforma educativa, los maestros de la Sección 21 del SNTE no reciben desde hace cuatro quincenas los talones de cheque correspondientes. Pretendió la SEP un sistema sustituto de millones de firmas autógrafas sin bases de datos validables. Los enterados dicen que el procedimiento fracasó y el caos actual es inimaginable. En el marasmo ni siquiera están pagando los descuentos de vivienda y otras deducciones, o alguien las está usando en su provecho.

Sin tales comprobantes, la planta magisterial no puede acreditar para todo efecto legal e incluso fiscal, el monto y exactitud de las percepciones que reciben, así como de las deducciones de que son objeto.

Encabeza en NL la actual cúpula sindical de la Sección 21, Casimiro Alemán Castillo (para muchos un cacique sindical sumiso al poder), quien sobre la irregularidad a los maestros afiliados, ha guardado ominoso silencio junto con más de medio centenar de profesores del Comité Seccional que se supone por el contrario deberían defender en la coyuntura los intereses de los agremiados y no a vivir de sus prebendas a expensas de las cuotas sindicales que manejan entre ellos en total opacidad.

En complicidad con las autoridades educativas a las que deberían plantear enérgica protesta, la Sección 21 del SNTE ha exhibido una vergonzosa labor mediatizadora de la zozobra magisterial. La despliegan tanto desde la dirigencia sindical como por parte de los propios delegados sindicales en cada escuela (quienes por toda solución desacreditan la alarma docente: “no pasa nada”).

Los maestros, sin embargo, están en indefensión administrativa para poder comprobar sus pagos frente a terceros que ya se los empiezan a exigir como es el caso de abonos a créditos automotrices, préstamos, Fovissste, y otros que se descuentan vía nómina.

Particularmente grave es que en sus estados de cuenta del Fondo de la Vivienda del ISSSTE no aparece abono alguno a pesar de que la SEP sí los ha descontado. El propio Fovissste ya advierte a los acreditados en su portal electrónico: “El saldo de su estado de cuenta no está actualizado, derivado de que su dependencia ha incumplido con la Ley del Issste”. Obvio es que los intereses moratorios se cargarán a las cuentas hipotecarias de los maestros y si la situación no se corrige (se habla que podría persistir hasta después de las elecciones), entonces habría apremios de cobranza y desalojos en caso extremo. Mientras tanto, nadie da razón de quién está jineteando esos cuantiosos recursos (¿electorales?) que no se ingresan al Fovissste pero que sí se están descontando a los maestros.

El problema trasciende lo administrativo y deviene una paradoja más, de la doble moral e hipocresía social y gubernamental en la que incurren, por una parte, las autoridades nefastas y por la otra, la azuzadora derecha recalcitrante (con la complicidad sindical suicida del SNTE).

Ambas en su agenda pública presentan a los maestros como rémoras analfabetas o trogloditas vandálicos, pero por otra parte no tienen ellas mismas empacho en violar la ley, en abierto perjuicio de los educadores desde instituciones  que deberían ser las primeras responsables en salvaguardar el imperio de la ley, y en proporcionarles los elementos mínimos indispensables para realizar su labor en todos sentidos.

Predicamentos en la cúpula

¿Qué exactamente comprometió el gobernador Fernando Canales, con la firma que estampó al ratificar la dación de patrimonio estatal como pago parcial de deuda pública,

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